Pará poder ser un verdadero Capellán no solo aprobado por el hombre, sino un
verdadero servidor, el llamado viene de Dios porque la palabra nos habla de la
predestinación, hombres llamados y escogidos, por Dios para estos tiempos son
aquellos los cuales ahora les llamamos Capellanes.
Hombres y mujeres que nacen con el don de servir, hombres y mujeres con la pasión
por el prójimo, hombres y mujeres que sus prioridades es cumplir su llamado por lo
que Dios hizo en sus vidas, negándose a sí mismo tomando su cruz y siguiendo a
Jesucristo. (Jeremías 1:5)